El hecho de que su autor, Marcelino González, las cuente en primera o tercera persona, no tiene más finalidad que la de variar el ritmo y la dinámica de su narración.
Los aficionados a las cosas de la mar puede que se vean reflejados en algunas de las escenas que describen estas narraciones, o puede que se identifiquen con ellas. Nunca se sabe.
Veamos alguna de estas anécdotas:
GRADOS DE LA ARMADA
Si los grados y galones militares son difíciles de entender para los no iniciados, los de los oficiales de la Armada se llevan la palma,ya que fuera de la Armada, y a veces dentro, con frecuencia dan lugar a confusiones y malos entendidos.
Un ejemplo puede ser el del protagonista de esta historia: un capitán de navío. El grado de capitán de navío de la Armada, que en su identificación militar aparece como tal, equivale al de coronel del Ejército de Tierra o del Aire. Pero cuando un subordinado habla de un capitán de navío se dirige a él con el tratamiento de "comandante", y en el trato entre grados similares también se emplea el término "comandante". Por eso son corrientes expresiones como "a sus órdenes mi comandante", "Estoy de acuerdo contigo comandante, pero...." etc.
- Dicen que es coronel - comentó uno de ellos.
- Pues será coronel, pero mi jefe le llama comandante.
- Pues yo creo que no es ni eso, porque leí sus papeles de destino y allí dice que solo es capitán.
JUAN SEBASTIÁN DE ELCANO
El primer mascarón que lució el buque escuela español Juan Sebastián de Elcano cuando fue botado en el 1927, representaba a una dama con corona mural. Durante la Guerra Civil fue desmontado y guardado en el almacén de La Carraca, donde pasado el tiempo apareció decapitado.
- Es una pena tener incompleto este mascarón. Hay que buscar un escultor que por poco dinero le talle una nueva cabeza. - comentó un día el comandante del Cuartel de Instrucción de San Fernando.
- Pues en el reemplazo que acaba de llegar hay un escultor, mi comandante. - dijo uno de los oficiales del cuartel - Podemos preguntarle. A lo mejor la puede tallar.
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| Primer Mascarón JSE |
Y así fue. Se lo propusieron al marinero recién llegado, que prometió tallar la cabeza del mascarón en cuanto encontrase una modelo a propósito para que posase.
- Mi oficial, - dijo el marinero pasados unos días - ya he dado con una buena modelo para hacer la talla.
- ¿Quién es?
- La hija del señor comandante del Cuartel.
Y así fue. El marinero talló una bonita cabeza durante su servicio militar.
Terminado el trabajo, el mascarón fue colocado cerca del varadero del Cuartel de Instrucción, hasta que en 1992 fue llevado al Museo Naval de San Fernando.
SUSPENSO
- Caballero - dice un teniente de navío profesor de la Escuela Naval Militar al guardiamarina Juan Ruigalvez, hijo de Pedro Ruigalvez Pérez -, es usted un desastre. Ha vuelto a suspender la última evaluación.
- Pues yo hago lo que puedo mi oficial - replica el guardiamarina.
- No usted no hace lo que puede. Podría hacer mucho más a poco que se esforzase. - dice le profesor - Como siga así lo voy a suspender y se va a enterar usted quien es su padre.
El guardiamarina se queda pensativo, y pregunta.
- Pero...¿no es Pedro Ruigalvez Pérez?.
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Habla inglés, italiano y portugués.
Es vicepresidente de la Real Liga Naval Española, numerario de la Real Academia del Mar y de la Asamblea Amistosa y Literaria, y vocal de la Sociedad Filatélica de Madrid, de la Asociación de Amigos del Museo Naval y del Foro de Pensamiento Naval.
También es miembro de otras asociaciones culturales y artísticas: Sociedad Artística Ferrolana, Asociación Española de Escritores Militares, Foro para el Estudio de la Historia Militar de España, Fundación de Letras del Mar, y Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y Guardia Civil.
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