11 abril, 2021

EL PUENTE DE TABLAS (Navegación por el Ebro en la Zaragoza del s.XVII)

La asignatura de historia, puede ser de lo más anodina, salvo que docente, sea un apasionado, erudito y en cada clase reparta la pastillita Matrix y haga viajar a sus pupilos al pasado, capte su atención, los consiga emocionar explicando los porqués de los sucesos y los hechos, inoculando conocimientos y argumentos para que puedan generar conclusiones por sí mismos. Estudiando los Austrias, a Felipe IV, hubo un paréntesis para conocer y viajar a la Zaragoza de mediados del siglo XVII.

Se Analizó en profundidad, desde la historiografía, más que por el arte, un cuadro que todavía podemos verlo y disfrutarlo en el Museo del Prado, Vista de Zaragoza, (foto-4) pintado por Juan Bautista Martínez del Mazo, yerno y discípulo de Velázquez. 


El óleo sobre lienzo, observado minuciosamente tiene gran cantidad de información, desde el fulgor de las gentes, nobles, caballeros y damas conversando en la orilla del convento de san Lázaro, la actividad de los gremios, labores, mercadeo, e incluso el pulso del acontecer político del momento, obsérvese en el centro del cuadro, entre el
Puente de Tablas y el de Piedra, una comitiva real, en la que cuentan las crónicas, iba el príncipe Baltasar Carlos de Austria, hijo de Felipe IV, para ser jurado como príncipe heredero del Reino de Aragón. El príncipe Baltasar visitó varias veces Zaragoza y la señora de la Guadaña quiso llevárselo infectándolo con una letal viruela.    Falleció un 9 de octubre de 1646, unos días más tarde, sus restos fueron trasladados al Monasterio de San Lorenzo de Escorial.

Llama la atención el intenso movimiento de embarcaciones, más de una veintena navegando, incluso con alguna vela similar a las de tipo cangreja hinchadas por el Cierzo, barcas con el destino de transitar personas, realizando simples paseos de recreo, paso de bienes, animales y productos frescos de las huertas y pescadores aprovechando la abundante pesca.

Con el dato de que Zaragoza tenía una población de 29600 habitantes contando todos los fuegos, unidad de medida censal (Inst. Fernando El Católico – DPZ – Profesora Ansón Calvo) la vida se concentraba y bullía en las riberas, los dos puentes y el propio río.   

La construcción del Puente de Tablas, se realizó entre el año 1569 y 1580, un tiempo record, teniendo en cuenta los escasos recursos técnicos que tenían entonces, en 1643, una gran avenida se llevó el puente por completo más dos arcadas del Puente de Piedra, el de Tablas fue reconstruido totalmente de nuevo en 1647. En 1668 (foto 7) Pier María Baldi definió en una acuarela, una postal de Zaragoza con un imponente Puente de Tablas arteria comercial y de movilidad, los carpinteros vivían cerca del río para mantener y reparar el puente y las numerosas barcas.

La pequeña marina de botes y barcas era de vital importancia cuando el Ebro tiraba abajo total o parcialmente los puentes.  La única manera de pasar alimentos, mercancías, paisanos y tropas, era navegando por tramos o directamente entre las orillas.  El Puente de Tablas unía el camino real entre Madrid y Barcelona facilitaba que fluyera el paso del comercio andando o en carruajes.  Había en un extremo del puente una caseta de pago, un impuesto del ayuntamiento que se pagaba por acceder al casco urbano.  Durante la Guerra de Sucesión, año 1713, ardió completamente y también se reconstruyó con la máxima premura por su condición estratégica para la ciudad y el Ebro hizo de Ebro y en 1775 se lo llevó de nuevo por delante, se compuso y tras nuevas riadas en el siglo XIX, definitivamente desapareció en 1801 por las descomunales riadas (foto 9) que soportaban y las consiguientes fatigas de sus vigas maestras y resto de materiales que componían la armadura del puente.  

En julio de 2002, el Ebro marcó uno de los estiajes más severos, con un caudal inferior a los 22 metros cúbicos por segundo a su paso por Zaragoza, fueron años de recias sequías y provocaron daños y situaciones de alerta, puesto que la abundancia o carencia del agua dulce fue, es y será determinante para la vida en alguna partes del planeta y en otras zonas marca los niveles de desarrollo.  La transformación de Zaragoza con la mirada a la Expo 2008 y sus ríos, eran ideas que comenzaban a convertirse en proyectos tangibles, hoy podemos decir que Ebro y Zaragoza conviven con cierta armonía y respeto a la rica biodiversidad del cauce.  Ese verano de 2002, la poca agua que llevaba el Ebro, entre el Puente de Piedra y el Puente de Hierro, consiguió que afloraran  restos del armazón del llamado Puente de Tablas, a simple vista, !afortunada serendipia¡. Esta estructura situaba un extremo en la actual calle san Vicente de Paúl y el otro en el barrio Jesús y que lleva su mismo nombre.   Con una ribera en ese momento no urbanizada, con densos arbustos bajos y escombros se bajó a la orilla con libreta, cámara de fotos y zapatillas viejas a sabiendas que había que pisar fango para ver de cerca un pedazo de historia de la milenaria Zaragoza.

De cerca (foto1-2-3) los restos se confundían con maleza que había depositado el río, cuando te elevabas desde las orillas y sabías que buscar, encontrabas la simetría de las arcadas y la estructura armada del puente (foto 5-6).  —En 2006 se iniciaron las obras de construcción del azud, entre los puentes de Hierro y el de la Z-30 para hacer navegable el Ebro con motivo de la Expo 2008, hubo voces discrepantes, polémica y opiniones encontradas por el daño irreversible que haría la draga del río para facilitar la navegación de embarcaciones de quilla plana desde el muelle del azud al de Expo.  La realidad es que prácticamente no se navegó, ni se navega por el Ebro y su explotación como potente atractivo lúdico no funcionó. La remoción de rocas y sedimentos del fondo del cauce por las dragadoras para realizar ahondamiento, eliminó definitivamente los pocos vestigios, materiales, utillaje y huellas de un puente con más de doscientos años de servicio a las gentes. Con las obras de adecuación de la ribera, se erigió un mirador en la margen izquierda, escasamente a dos minutos andando desde el pozo san Lázaro dirección Puente de Hierro, el cual señala, dónde comenzaba el Puente de Tablas.    (Foto 7) acuarela hecha por Pier María Baldi, ilustración del  relato “Viaje de Cosme de Medicis por España y Portugal (1668-69 lámina 9 (BMZ G 6059/5) Arch.-Bibliot.-Hemeroteca Ayto. Zaragoza

Autor: Esteban Sánchez




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