18 enero, 2021

SUPERSTICIONES MARINERAS - TRADICIONES DE LOS MARINOS PARA ATRAER LA BUENA SUERTE

        PARTE I

CONSTRUCCIÓN HASTA BOTADURA DEL BARCO

Wikipedia, definición: “Superstición es la creencia contraria a la razón que atribuye una explicación mágica a la generación de los fenómenos, procesos y sus relaciones sin ninguna prueba o evidencia científica.

Las supersticiones, no fundamentadas o asentadas de manera no común en el ser humano, pueden estar basadas en tradiciones populares, normalmente relacionadas con el pensamiento mágico. Las personas supersticiosas piensan que ciertas acciones influyen de manera trascendental en su vida o la defienden del mal”.

Se comenta que los marinos son las personas más supersticiosas. Puede ser debido a que desde la antigüedad se han enfrentado a los peligros del mar y por medio de ritos querían atraer la buena suerte a los barcos, viajes o dar explicación a hechos basados en mitos y leyendas que podían ahuyentar los malos augurios y protegerlos. Se creía que si se respetaban estos ritos no se pondría en peligro la embarcación.

En estos artículos quiero recoger aquellos ritos y supersticiones que aun con el paso de los siglos se han convertido en tradiciones marineras.

Solo comentaré aquellas generalizadas en todo el mundo, las más representativas y curiosas, ya que existen muchísimas que se adoptan dependiendo de los países, tipo de embarcación y tripulación.

 

CONSTRUCCIÓN - BOTADURA DEL BARCO

Moneda de plata.

En astillero al comenzar los trabajos se colocaba una o varias monedas en la quilla del barco para dar buena suerte al barco y larga vida a su capitán y la tripulación

En este rito participaban el dueño del astillero y el armador, y eran colocadas por el aprendiz más joven del astillero y más joven de la tripulación.

Al finalizar la construcción del barco la moneda se embutía en una pieza de madera y se le entregaba al Capitán o se clavaba a la base del mástil principal. En la actualidad las monedas quedan soldadas bajo la quilla.

La leyenda que acompaña a esta tradición es el tributo a Caronte, barquero encargado de conducir a los muertos a través del rio Aqueronte al reino de Hades, así se tenía para pagar el viaje, ya que aquellos que morían y carecían de la moneda, se veían obligados a vagar durante cien años por la ribera del rio, hasta que Caronte accedía a portearlos sin cobrar.

Así lo recoge un poema de Quichino de Michele (Uruguay), muy conocido por los marineros.

“La muerte y la moneda bajo el mástil de mi barco que se hunde”.

Cuando ya se pudran mis últimas lonjas

y por deliberación llamen al barquero Caronte

y la guadaña venga cortando el horizonte

Y no quede por allí ninguna monja…

 

… Que me salve del infierno en funerales,

y que en la barca de los insepultos

haga sordina cuando grite mil insultos

contra la muerte llamándome a esponsales…

 

…Entonces quiero saldar mi última entrega

la barca de Caronte y el viaje seguro

y que San Pedro decida si «se va» o «se queda»

 

No vaya que una vez atravesado el muro

por no haber gastado mi única moneda

no encuentre ni presente, ni pasado, ni futuro.

 

También por esta razón en la antigua Grecia, los cadáveres se enterraban con una moneda bajo la lengua, con la que poder pagar al barquero. 


Número de construcción del barco en astillero y numero de cubierta.

Los constructores de barcos han seguido la tradición de no construir el barco número 13 saltando este número y pasando del 12 al 14 si el astillero es anglosajón o latino, si es italiano el número fatídico es el 17 y si es chino o japonés el número es el 4.

Lo mismo ocurre con las cubiertas y los camarotes, se omitirán los números 13, 17 y 4 o los que terminen en ellos. 


Colocar en ambos lados de la proa los “Ojos de Horus”.

Para poder dar una explicación a esta costumbre transformada en rito en muchas zonas, nos tenemos que remontar a la mitología.

Horus (representado como un hombre con cabeza de halcón) era hijo de Osiris, que fue asesinado por su propio hermano Seth. Horus mantuvo una serie de encarnizados combates contra Seth, para vengar a su padre. En el transcurso de estas luchas los contendientes sufrieron múltiples heridas y algunas pérdidas vitales, como la mutilación del ojo izquierdo de Horus. Pero, gracias a la intervención de Tot, el ojo de Horus fue sustituido por el Udyat, para que el dios pudiera recuperar la vista. Este ojo era especial y tenía cualidades mágicas.” (Wikipedia)

“El Ojo de Horus, o Udyat, se utilizó por primera vez como amuleto mágico cuando Horus lo empleó para devolver la vida a su padre Osiris, que fue descuartizado por Seth. Desde entonces es considerado un amuleto de los más poderosos: potenciaba la vista, protegía y remediaba las enfermedades oculares, contrarrestaba los efectos del "mal de ojo" y, además, protegía a los difuntos. Como talismán simboliza la salud, la prosperidad, la indestructibilidad del cuerpo y la capacidad de renacer. Incluso en la actualidad se sigue utilizando como amuleto por personas que practican diversas religiones en todo el mundo” (Wikipedia).


Así el Ojo de Horus es un símbolo mágico que difundieron los Fenicios por todo el mar Mediterráneo hace dos mil años. Los marineros de algunos países los utilizan en el convencimiento de que da protección al barco y tripulación, alejando los malos espíritus, el mal de ojo y atrayendo la buena suerte.



Curiosamente el Ojo de Horus es todo un símbolo malagueño, se encuentra en la obra de Picasso (en el “Guernica” como una lámpara), en los frentes de los vagones del metro de Málaga, en el logo turístico de Velez-Malaga y en las típicas jábegas (la barca empleada por los pescadores malagueños para pesca de arrastre cerca de la orilla, construida de madera y propulsada a remos).

 


Mascarón

El objeto que más se relacionaba con la protección del barco era el mascarón de proa.

Originalmente, se colocaban figuras religiosas o que representaban a distintas deidades dentro del barco. Posteriormente, estas figuras pasaron a colocarse en la proa del barco y normalmente tenían forma de animal mitológico o de figura femenina, generalizándose con el tiempo a figura de una mujer y en multitud de ocasiones con el torso desnudo enseñando uno o los dos pechos con el objeto de calmar a los dioses y a los mares, protegiendo al barco.



En caso de que el barco naufragara, se consideraba que el mascaron del barco no había cumplido su función de protección y se le cortaba la cabeza para que quedara totalmente inutilizado y no pudiera ser utilizado en otra embarcación.

El mascarón era minuciosamente elaborado, algunos eran verdaderas obras de arte.

El mascarón de proa del Juan Sebastián el Cano representa a la diosa Minerva (diosa de la sabiduría).



Bautizo y botadura del barco.

Otras supersticiones se han convertido en ritos tales como el nombre del barco y su botadura.

Antes de terminar su construcción ya tenía nombre el barco, pero su elección se consideraba un aspecto realmente importante ya que influiría en la buena o mal suerte que tendría el barco y su tripulación, huyendo de nombres como Huracán, Rayo, Tempestad, Tornado, Tormenta, etc.…, pues podía alentar a las inclemencias meteorológicas.

También existía la superstición de no poner nombres de reptiles, gozaban de mala reputación, debido al hundimiento de varios buques de la Armada Inglesa con nombres de reptil.

En el bautizo y botadura del barco es donde existen varios ritos, algunos convertidos en tradiciones, como la ruptura de una botella de champán en su casco durante su bautizo y cuando el barco es botado en el mar. En caso de no romperse la botella se considera un mal augurio, negándose muchos marineros a formar parte de su tripulación.

Se cree que esta costumbre proviene de los griegos y romanos que derramaban vino sobre la cubierta del barco, como una ofrenda a los dioses, para proteger al barco y tripulación.

Estos antiguos pueblos asociaban el vino con la vida, y por eso, solían romper un ánfora llena de vino sobre la embarcación, como ofrenda. Otros pueblos, los vikingos, regaban la cubierta con la sangre de sus enemigos y jalonaban la caída al mar en su botadura sobre cuerpos de prisioneros, quedando la quilla regada por la sangre de estos antes que por las aguas del mar. Esta costumbre traía suerte para sus “drakar”.

Esta superstición se afirmó aún más cuando el “Titanic” rechazó la costumbre de romper una botella de champán sobre su amura en su botadura, limitándose a izar una bandera roja en la popa y lanzar tres cohetes, acto que fue considerado de mal presagio por muchos marineros.

De aquí la frase utilizada en siglos pasados por marineros, “Un barco que no ha probado el vino probará la sangre”.

 



No cambiar el nombre de un barco.

Una de las mas extendidas supersticiones es la de no cambiar el nombre de un barco, lo cual es muy común cuando cambia de propietario.

Su origen se basa en una leyenda inglesa para evitar que los piratas cambiaran el nombre de los buques que robaban e impedir así ser encontrados.

Se dice también que la crearon las compañías de seguros para evitar su desaparición. Algunos ladrones los denunciaban como hundidos, y les cambiaban el nombre para ser utilizarlos con fines, normalmente delictivos, pero ocultaban en algún lugar una placa con el nombre original para evitar el maleficio.

Sin saberlo esto también ayudó a las aseguradoras, que cuando localizaban el barco siniestrado, podían encontrar entre sus restos el nombre original del barco hundido.

Otra leyenda mas antigua dice que el nombre se registra en el Registro de las Profundidades que el mismo Poseidón custodia, y es él quien tiene que permitir el cambio de nombre.

Así cuando se cambiaba el nombre a una embarcación se eliminaba cualquier referencia a este, destruyendo todo lo que tuviera impreso el antiguo nombre (vajillas, aros salvavidas, placas en botes, menaje, uniformes, …).

 

Autor: Carlos J. Delgado

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