Fenicios, griegos y romanos fueron los pueblos que en la antigüedad
dominaron el Mare Nostrum, primero haciendo navegación de cabotaje y después,
cuando identificaron las señales del cielo para orientarse, hicieron navegación
de altura.
Pero es a finales del siglo XV cuando
empieza la verdadera navegación astronómica, iniciándose en el Atlántico por
los portugueses.
Esta navegación estaba basada en los
conocimientos aportados desde los fenicios hasta esos días y en la evolución de
los primeros instrumentos de navegación usados por estos antiguos pueblos.
Fueron los fenicios los primeros en
aplicar conocimientos astronómicos a la navegación, utilizando las estrellas
circumpolares para conocer la dirección del norte, por ello, este pueblo ha
sido considerado el inventor del “arte de navegar”. Posteriormente fueron los
griegos quienes descubrieron y aplicaron el sistema de coordenadas geográficas.
Pero fue en el Renacimiento cuando se empieza a formar la visión más o menos
completa del firmamento, con los conocimientos de hombres como Copérnico con su
teoría heliocéntrica, Johannes Kepler con su cinemática de los planetas y
Galileo Galilei con sus observaciones astronómicas, empezando a usarse el
termino de “ARTE DE NAVEGAR”, que el cosmógrafo portugués Juan Bautista Lavaña,
define como: “El arte de navegar son aquellas materias que enseñan a
los hombres cómo por la mar podrán guiar y enderezar el navío al propuesto
puerto”.